Nuestros abuelos nos enseñaron que : “Solo hay dos cosas seguras en la vida; muerte e impuestos’. Aunque esta frase puede resultar pesimista, nos señala un hecho innegable en algún punto, de forma desconocidas e impredecibles, nuestra vida llegará a su fin.

Nunca podemos estar seguros de cuándo nuestro tiempo podría llegar a su fin, sin embargo, sí podemos abonar certeza, sobre todo en nuestra edad madura, dejando un documento legal que aliviaría la carga y estrés de nuestras familias o cónyuges sobre el destino que deberán tener nuestros bienes materiales y quizá inmateriales.

Proporciona tranquilidad

Independientemente de cuándo te vayas, sin duda será un momento de mucha angustia para tu familia, incluso si tu muerte no fue del todo inesperada. Teniendo esto en cuenta, tener un testamento en su lugar le da a usted y a su familia tranquilidad, sabiendo que su patrimonio (es decir, cualquier propiedad, dinero y posesiones) junto con cualquier 'cabo suelto' financiero se resolverá después de su fallecimiento.

Cumplir tus deseos

Un testamento le permite predeterminar con precisión quién se beneficiará de su patrimonio y a qué edad, incluso puede incluir los arreglos de su funeral / disposición, todo esto llevado a cabo al pie de la letra por sus albaceas, fideicomisarios y tutores designados (la(s) persona(s) ) que ha encomendado seguir las indicaciones de su testamento).

Protección para tu familia

Sin nombrar a los tutores en un testamento, se podría decir que está siendo algo negligente en su deber y responsabilidad como padre cariñoso. Eso puede sonar duro, sin embargo, debe tener en cuenta que, si muere prematuramente, por un accidente o una enfermedad, sin un testamento en vigor, podría significar que sus hijos están a cargo. Si bien esto puede sonar bastante dramático, tales situaciones pueden ocurrir y ocurren. Al nombrar cuidadosamente a los tutores en su testamento, este resultado puede evitarse fácilmente.